Rocking at the other side of the clock! PT. I

Ei salaos!!

Ya estamos de vuelta en el cemento madrileño con mucha tristeza en nuestros cuerpos. Y es que después de haber estado una semana en Austin nadie quería volver a casa. Éste viaje para nosotros ha sido una de las mejores experiencias que hemos tenido como grupo. Apenas tengo palabras para describir lo que se siente al estar andando por 6th street y apenas poder hablar del sonido atronador que sale de todos los garitos. No se muy bien como alguien hizo un cálculo de todos los shows que hay en el SXSW y en cuatro días la cifra asciende a 14.000. ¡Imagínense lo que es una ciudad en la que en apenas 4 días hay 14.000 conciertos! En Austin se respira rock y buenrollísmo en cada esquina. Y poder tocar en el festival ya es lo máximo.


El primer concierto fue en un garito mitiquísimo en la sexta, el Esther Follies. Llegamos allí con tiempo de sobra para saludar al majete de Cristian que estaba allí organizando la broma de los grupos españoles junto con David. Me arreglé los sonidos del Nord Electro que ponían allí y estuve tomando unas buenas birras americanas charlando con estos dos salaos, mientras mis compis se iban de margaritas a un garito cercano (clásico en los grupos, el cantante hace amigos y los demás se emborrachan, jeje). Sin que apenas nos diéramos cuenta Nacho Vegas ya había empezado así que nos fuimos al camerino a apañar todo el tinglado para el concierto. El guitarrista de su banda tuvo que coger mi guitarra para su bolo y me la dejó hecha un cristo: sin cuerda y afinada en re. Suerte que los Right Ons andaban por ahí y me prestaron una guitarra para poder hacer nuestro concierto. Superada la crisis (ya sabéis que a nosotros nos va eso de las crisis) empezamos el show con una craca de sonido en el escenario de aupa, pero con un buen rollo en el público y entre nosotros que nos dio totalmente igual el sonido. Dicen que por fuera sonó muy bien. En el escenario fue un desastre, pero lo pasamos como nunca. Había cristales que daban a la calle a nuestra espalda y fue una sensación espectacular la de estar tocando para la gente de la sala y ver como los que paseaban por la calle no ponían cuernos heavies y se ponían a darlo todo en la calle. Surrealista. Se nos pasó el concierto en un segundo, suele pasar, y si estás en las americas más. Así que recojimos todo nuestro tinglado y fuimos directos a la barra para tomar una buena bebida isotónica que nos recuperara del esfuerzo físico del bolo. Una vez nos quitamos los malos olores y nos hidratamos debidamente nos fuimos a ver a uno de nuestros grupos favoritos y que a parte en éste viaje también se han convertido en amigos y en los mejores compañeros de viaje que se puede tener: Right Ons. La liaron parda, regalaron panderetas a todo quisqui e hicieron que nos pusiéramos a bailar como unos posesos. Muy divertidos, muy buenos, y muy buena gente. Normalmente uno cuando coincide con otros grupos no suele tener una relación extremadamente cercana pero es que estos chavales son más majos que las pesetas y encima bailan todos muy bien, así que fue inevitable. Un auténtico placer vamos.


Después subieron al escenario los maestros de Los Coronas de los cuales solo puedo decir que son la hostia. Todos los conoceréis así que no os descubro nada si os digo que son brutales. Más tarde siguieron SFDK pero ya no teníamos cuerpo para conciertos así que estuvimos en la terracita del garito disfrutando de la noche tejana.


Una noche redonda que tuvo que acabar a las 2am ya que las leyes del estado de Bush exigen que a partir de esa hora no puede haber más música en directo ni más fiesta, así que nos cogimos nuestro coche y nos fuimos directos al Motel Bates donde dormíamos. Ya que la jornada siguiente nos deparaba otro concierto, ésta vez al aire libre. Pero eso os lo contaré otro día. Os tengo que decir una cosa, los moteles americanos son mucho mejores que muchísimos hoteles de dos o tres estrellas de nuestro país.


Mientras volvíamos al parking y veías a todo el mundo en la calle después de toda una jornada de conciertos me vino a la mente la imagén de Ruiz-Gallardón y me propuse que para el año que viene alguien tiene que invitarle a ir al SXSW, para que vea que la música es cultura y para que vea que también puede ofrecerle muchos beneficios económicos si quiere. Que se vaya el alcalde a Austin y se vea unos conciertos a ver si así deja de hacer el capullo y dejan que la música y los músicos de Madrid puedan desarrollarse. Se lo recomiendo encarecidamente.

En breves os cuento como nos fue el segundo concierto, que tiene miga.

Id por la sombra!


Fotos de Martí Perarnau.