Un fin de semana redondo (pt I)

Dicen los tópicos que cuando uno se va a dormir antes de un concierto importante le cuesta mucho conciliar el sueño. Yo nunca he tenido ningún problema a la hora de dormir y el otro día no fue ninguna excepción. Ahora bien, me levanté con una sensación extraña, me sentía a las puertas de una gran final, cómo si esa noche me jugara la champions frente a Henry, Hleb, Cesc y compañía. Ese sentimiento se fue diluyendo a medida que pasaba el día, sobretodo ayudado por unos espaguetis la mar de ricos que nos tomamos para comer.

La prueba de sonido fue de lo más accidentada. Nuestro ampli de bajo, un Orange a válvulas que es gloria divina, enchufado a una pantalla Hartke petó. Ya nos había dado problemas anteriormente y venía de ser reparado, pero nada, no había manera de hacerlo sonar como debe, así que tuvimos que desempolvar el ampli de repuesto.
Los grupos a éste nivel no suelen llevar ampli de repuesto y menos para el bajo, pero ahí estuvimos rápidos. ¡Producción funciona!

Por otro lado Charlie Bautista (que tocó con nosotros) estuvo un par de horas la mar de puteado con el alimentador de su teclado. No funcionaba ni de broma y eso si que no tiene repuesto. Al final gracias a la inestimable ayuda de Willy (técnico del Sol) y de Julio (producción del Sol) consiguieron arreglar el maltrecho cacharro. A pesar de todo, nos quedamos encantados con la prueba, nos escuchábamos genial en el escenario y sobretodo (que al fin y al cabo es uno de los objetivos primordiales de una prueba de sonido) nos quedamos tranquilos.

La noche la abrieron los "salaos" de Jugoplastika, compañeros de aventuras anteriores (nos alojaron en Vigo durante nuestro periplo gallego), y compañeros de aventuras presentes. Estuvieron presentando los temas de su álbum de debut así como un par de temas nuevos, e incluso contaron con Robert de Murmur en el escenario para una canción, fue un concierto chulo para ellos también.

Con las últimas canciones de Jugoplastika ya fuimos hacia el camerino, la gente seguía llegando y se respiraba un ambiente de lo más prometedor. La verdad es que no somos un grupo de rituales, nada de corrillos para animar a los compañeros, y nada de "¡Al toro!". Salimos a montar nuestros pedales de guitarra y nuestros cacharros varios y dejamos todo listo para el concierto, fue ahí cuando realmente me di cuenta de que iba a ser una noche especial. La sala Sol estaba hasta la bandera, mirabas a un lado y a otro y estaba lleno de gente, así que ya podíamos estar tranquilos, solo quedaba tocar, pero no iba a ser complicado.

Yo antes de tocar sufro un fenómeno que imagino debe ser habitual entre los músicos del mundo, y es que mi motivación es directamente proporcional a la gente que haya, es decir cuanta más gente más motivación para tocar y consecuentemente menos nervios.

El concierto salió genial, y la respuesta del público fue alucinante. La verdad es que disfrutamos como enanos, en cuanto a sentimiento nos salió un concierto redondo. Es cierto que tuvimos algún que otro problema técnico, el pobre Javi, nuestro batería, tuvo una seria riña con su pedal de bombo. Le dio bastantes problemas en un par de canciones, pero eso son gajes del oficio como diría aquel. Ante las fuerzas divinas que te putean el pedal de bombo poco le puedes hacer, no queda más que seguir adelante con la canción y que al final salga bien, como así fue.

Así acaba un viernes de bien.

¿Qué es lo que hace que una noche sea redonda?

No, no es un donuts, seguro que no. Una noche redonda se consigue con un buen concierto, un gran público como el que tuvimos y con unos amigos que no se pierden una. Muchas gracias a todos por venir, os esperamos en el próximo concierto.

En el próximo episodio: Underwater Tea Party en Zamora, tierra de cecina, crisol de razas.

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Fotos: Javi Costa

En cuanto tenga las fotos buenas del concierto las sustituyo, de momento os dejo éstas.

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